martes, 11 de septiembre de 2012
Una inocente mentira.
Sí, tenía una sonrisa en mi rostro, ya había empezado a olvidarte. Pero entonces te vi, te vi mas cerca de mi que nunca, vi una esperanza en tu mirada y un "te amo" oculto entre tus palabras. Tal vez no eran verdaderas señales, eran solo mis ganas de sentirme querida, querida por alguien tan incapaz de querer como tú. Tal vez solo quería tentar al destino y ver entre tu lágrimas alguna que fuera cierta y me demostrara que ante todo estábamos hechos para estar juntos. Pero, ¿Quién entiende realmente eso de amar? Quizás yo nunca te amé realmente, quizás solo amaba las ganas que tenía de ser yo quién te hiciera cambiar. O quizás amaba a mis ganas ciegas de creerte. Ahora, con un nudo en la garganta es que entiendo que nunca lo sabré, pués nunca estuve destinada a hacerlo.
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