jueves, 17 de enero de 2013
Un siempre se queda corto con vosotras.
Empiezo diciendo que son las mejores, que día tras día han estado ahí, apoyándome, ayudándome a seguir adelante, sin importarles las consecuencias que eso podría llevar acabo, sí, lo admito, no las conozco muchísimo, ni las conocí hace años, pero os puedo asegurar que son lo mejor que me han pasado en la vida. Que no me hace falta pasar años con ellas para darme cuenta de que más de uno querría tenerlas, que os juro que ellas me han demostrado en meses lo que nadie puede demostrar en años, que no podría agradecerles ni en millones de años todo lo que han echo por mi, que cada día que pasa puedo decir que las quiero más y más, y que no las cambiaría por nada del mundo. Que las sonrisas que me sacan ellas no me las saca nadie, que son únicas, joder, y que las quiero como a ninguna. Os puedo decir, que estas niñas son las que hacen que cada día me levante y me acueste con una sonrisa, acordándome de los momentos que he vivido a su lado. Si ellas están mal, yo estoy mal, aunque intento sacarle las mejores sonrisas del mundo, porque lo creáis o no, verlas sonreír es lo mejor que os puede pasar. Vosotros no sabéis lo que es que alguien se preocupe por ti como ellas lo hacen, no sabéis lo que se les puede llegar a querer, y es que nunca me cansaré de repetirlo, que son lo mejor que tengo. Hoy en día, no me arrepiento de haberlas conocido, que doy y daré gracias por cada dia que pase con ellas, porque mientras ellas sonrían, yo soy feliz.
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